martes, 6 de marzo de 2012

Mi Abuela

  Tengo pocos recuerdos de mi Abuela. Pero los que tengo son nítidos. A veces una imagen, a veces un vago aroma desvaído a rosa seca y empolvada, a veces el sonido dulce de su voz cálida. A veces el recuerdo antiguo se  mezcla confuso con los relatos de mi madre. Y la veo. La veo feliz rodeada de sus hijos, enamorada de su marido, atormentada por sus involuntarias ausencias , deshecha y frágil tras su pérdida. Haciéndole a su retrato, en un afán de retenerlo,  una pregunta para la que no había respuesta.
  Recuerdo mañanas de primavera, acicaladas las dos, y emocionadas. Yo porque eran las únicas ocasiones, las que ella estaba en Madrid, en las que podía sentir el afecto cómplice e íntimo que sólo un abuelo sabe dar. Ella porque , de nuevo, iba a reunirse con su Lope. Aunque fuera con la distancia del tiempo y el polvo perpetuo. Y hacía de esas visitas al cementerio, una privada celebración. Y yo,  abstraída en mis juegos , asistía a su encuentro, secretamente fascinada por la escena.
   Siempre que he pasado por ese cementerio he sentido una gran nostalgia. La que se siente por los instantes felices de la más lejana infancia.
  Otro de sus placeres iba después. Los pastelitos de nata. Un capricho
 prohibido para ella que yo compartía y que me convertía en cómplice y custodio de su secreto.  Ese gran honor depositado en una niña tan pequeña, forjó una lealtad tal que hasta hace muy poco no ha sido quebrantada.
  
   Con el tiempo he llegado a conocerla, a través de mi padre y de mí misma.
He llegado a comprenderla y , desgraciadamente , a experimentar su dolor. Pero el recuerdo de su joven espíritu y su fuerza serena me ha marcado muchas veces el camino.
 
   Mirando atrás me doy cuenta de que conocí muy poco a mi Abuela, pero la sentí mucho y muy cerca. Y aunque yo no soy una persona religiosa, sino más bien escéptica, sigo sintiéndola a mi lado. Acompañándome desde lejos.


                   Susana

5 comentarios:

  1. No es necesario ser religioso para albergar una profunda vida interior y una espiritualidad incluso sagrada. Con este precioso texto de recuerdo de tu abuela pones de manifiesto hasta que punto posees ambas cosas. Además, sin lugar a dudas, tienes el talento de saber transmitir la evocación, en ese otro sentido de traer al presente el alma de los que se fueron. Hasta el punto de que yo, que no conocí a tu abuela y de la que pocas veces te escuché hablar, mientras leía tu texto he sentido un vivo afecto por el personaje y ahora puedo decir que me es conocida. Un abrazo y muchas gracias.

    ResponderEliminar
  2. Preciosa entrada, Susana. Ya sabía yo que esto del blog acabaría por engancharte pero lo que no sabía, aunque no me sorprende, era que la herencia literaria de tu abuelo y su talento también corrían por tus venas. Espero que no tardes en regalarnos más entradas como esta.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Me uno a los comentarios anteriores, magnífica entrada y con un poder de evocación que ya quisiera Proust (bueeno, a lo mejor me he pasao un poquito). Pero es verdad que consigues transmitir sensaciones y emociones que me han hecho pensar también en mi abuela paterna, la única que pude conocer y de la que guardo un recuerdo muy borroso, ya que era aún muy pequeño cuando se fue. Un beso.

    ResponderEliminar
  4. Me gustaría contestaros en ese blog pero me estoy liando no sé si saldrá algo.
    Me ha encantado la carta de Susana y de Joaquín
    Todos vuestros recuerdos se mezclan con los mios y me está entrando una gran nostalgia de nuestra infancia y de lo mucho que nos queríamos todos los hermanos.
    Mis recuerdos son muy parecidos a los vuestros pero yo al ser la niña me quedé con la mama Y esa primera época tras la muerte del Papa fueron muy tristes y penosos para una niña de 11/12 años que después de haber vivido con dos criadas nos tuvimos que amoldar la mamá yo y los dos pequeños, que aún no se habían ido a Madrid, a subsistir apenas con nada e ingeniarnos, allí supongo que empece a desarrollar mi interés por cocinar cositas para mis hermanitos.
    Muchas cosas recuerdo si sale bien rsra ya iré escribiendo algo más. Toda mi vida ha estado marcada por esta infancia feliz junto a mis hermanos y papá y mamá tan guapos que nos queríamos tanto .cuando esperábamos al papá que nos traía "la cosa"cada día besos a tidos

    ResponderEliminar