lunes, 6 de febrero de 2012

PRODUCCIÓN PERIODÍSTICA


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Solidaridad Nacional - Barcelona 26 de marzo de 1946

A la sombra del Tibidabo
"Un gran novelista"   


Por un artículo de Fernández Almagro me enteré el domingo de la muerte de Pedro Barragán, por quien no hace mucho fui visitado. Cuando esto ocurrió, es decir, cuando Pedro Barragán vino a verme con un original debajo del brazo, me sorprendió la confianza en sí mismo qué en él advertí.


Yo, en principio, supuse, que se me ofrecía como dibujante, porque recordaba el nombre de un Pedro Barragán, pintor andaluz, de quien un tiempo admiré unas telas,
realizadas con notable aliento artístico. Interiores con figuras, inteligentemente iluminados; campesinos andaluces con un fondo de jaras hostiles… Pero debía yo de estar equivocado, pues este Pedro Barragán, mi visitante de hace un par de meses, ningún dibujo me ofreció, y sí, en cambio, puso en mis manos el original de una novela inédita y unos recortes de Prensa.
—Como me figuro que usted no me conoce — me dijo—, le ofrezco, con el original de mi última novela, el juicio crítico que merecía la primera que publiqué: «Zafari»... Usted no la conoce, ¿verdad?... Yo se la enviaré a usted.


Efectivamente: pocos días después recibí por correo un ejemplar de la novela «Tafari», de Pedro Barragán, quien para mí seguía siendo el pintor en quien un día hube de fijarme, sin haber sabido luego nada más de él... ¡Yo no conocía «Tafari»... He de confesar que me dan miedo los cultivadores de las artes plásticas, «metidos» a literatos, porque, generalmente, el pintor o el escultor, suele dar muy poca importancia a la literatura que no se dedique a expresar, concretamente, lo que ellos expresaron, con el color, la forma o el volumen, de manera abstracta e intuitiva. A más que, en su mayoría, conceden muy poco valor a las palabras. He conocido casos deliciosos de esta clase de artistas: desde aquel escultor que decía que tenía en su jardín un mesiso de pianolas, por un macizo de peonías, hasta el escenógrafo que hablaba de las lenguas vespertinas, por viperinas, y el pintor que decía, cómodamente reclinado en un coche francés: «¡Qué buenos suspensorios tiene este auto!», les oído decir cosas divertidísimas a pintores, escultores, escenógrafos y dibujantes... (No se ofendan los inteligentes y cultos.)
Por esto fue mí sorpresa mayor, cuando desde las primeras páginas de «Zafari» empecé a darme cuenta de que me hallaba, no ante un escritor corriente, sino ante el Escritor, con mayúscula, Y digo más: avanzado en la lectura, parecíame imposible que j quien de aquel modo escribía no fue- ra por todo España conocido, apreciado, afamado, y llevado y traído por el elogio y el ditirambo admirativo: porque «Tafari» es una de las grandes novelas españolas del siglo. Más tarde, curioso, leí la critica, que mereció esta novela a su lanzamiento al mercado, viendo complacido como las firmas más solventes de España coincidían en hallar méritos de excepción en esta gran obra. Hacía mucho tiempo que yo, lector, no gozaba tanto en lectura alguna. El ambiente, los personajes, las formas dramáticas, las expresiones dialectales —esta novela tiene como escenario la Andalucía Alta—, el abundoso léxico, castizo y pleno; todo, en fin, abrían en mi espíritu puerta nueva a una nueva admiración.
(Otro día me dedicaré a comentar su última novela, que en nada desmerece a su obra primera...) ¡Es triste que una vez más, España tenga que tejer laureles sobre la tumba de un artista a quien en vida no quiso conocer! Pero, si somos así... ¿cómo cambiar tan de repente?


¡Pobre Barragán! Léele, lector. Búscale en su obra; hoy por hoy, en su única obra: le admirarás, como todos los que le leímos. Para mí la lectura de «Tafari» fue algo así como el hallazgo del manantial fresco y claro entre las dunas de una Inmensa llanura desértica.


¡Descanse en paz Pedro Barragán, novelista español, en una hora tan pobre, ¡tan pobre!, que ni a la verdadera poesía sabe darle valor! Estoy seguro de que sobre su tumba habrá de colgar muchos pésames la futura admiración española.


FRAY LÁPIZ

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